En 2033, todas las viviendas en España deberán contar con un certificado de eficiencia energética mínimo de clase D. Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), más del 80% de los edificios y viviendas en España actualmente reciben una calificación energética E, F o G.
La nueva Directiva de Eficiencia Energética de la Edificación (EPBD), que se espera sea aprobada entre finales de 2023 y 2024, también contempla que todos los edificios obtengan una calificación energética de clase A o B desde 2040.
«Dado que todos los edificios deben tener un certificado de eficiencia energética de clase A en 2050, es lógico que se exija esto», afirma Dolores Huerta, directora general de Green Building Council España (GBCe).
La Comisión Europea obligará a todas las viviendas a tener un certificado de eficiencia energética de clase E en enero de 2030 y de clase D o superior en enero de 2033. Esta exigencia se incluye en los Estándares Mínimos de Eficiencia Energética (MEPS), que son hitos temporales intermedios que los Estados miembros deben establecer para alcanzar el objetivo de que el 100% de los edificios sean de cero emisiones en 2050.
Estos MEPS, incluidos en la nueva Directiva de Eficiencia Energética de la Edificación (EPBD), presentan un gran desafío para el entorno construido en España, donde más del 80% de los edificios y viviendas tienen una calificación energética de clase E, F o G, lo que significa que son «ineficientes». Según datos del IDAE, este porcentaje supera el 82% en las regiones españolas con el mayor porcentaje de edificios muy poco eficientes, que son el País Vasco (86,52%); Canarias (85,48%); Baleares (84,89%); Murcia (83,84%); Valencia (83,08%) y Cantabria (82,25%).
Los MEPS también establecen que todos los edificios tengan una calificación energética de clase A o B a partir de 2040, lo que, según Huerta, «es lógico, ya que todos los edificios deben tener un certificado de eficiencia energética de clase A en 2050, lo que significa que deben ser de cero emisiones».
Además, el futuro Plan Nacional de Rehabilitación de la Edificación exige que España, al igual que otros Estados miembros, defina por escrito qué es un edificio de cero emisiones. Esto es importante porque es hacia este objetivo que todo el parque edificado se dirige de cara a 2050. «La EPBD se dirige a los Estados miembros para garantizar que están avanzando hacia la eficiencia energética en el parque edificado», explica Huerta.
En este sentido, los Estados miembros pueden imponer obligaciones a los particulares a través de los «disparadores», que se adaptan a las características del parque edificado de cada país en cuanto a la tipología y a la forma de la estructura de la propiedad.
La EPBD también incluye el Pasaporte de Renovación de Edificios, que será obligatorio a partir de finales de 2025.
Además, se introduce el indicador de calentamiento global de un edificio, que será obligatorio a partir de enero de 2027 para edificios grandes y en 2030 para todos los edificios. «Indica el carbono embebido en todo el ciclo de vida del edificio», resalta la directora general de GBCe.
En resumen, la nueva Directiva de Eficiencia Energética de la Edificación (EPBD) plantea un gran desafío para España, que tendrá que trabajar para mejorar la eficiencia energética de sus edificios. La exigencia de que todas las viviendas tengan un certificado de eficiencia energética mínimo de clase D en 2033 es solo el comienzo de un proceso que deberá llevar a todos los edificios a ser de cero emisiones en 2050. Sin embargo, es un paso importante hacia un futuro más sostenible y eficiente energéticamente para España y Europa.